Es un valor moral que surge en el individuo por influjo en el seno de la familia primero y después en su incorporación a la sociedad mediante la ejecución de tareas que implican un esfuerzo físico o mental y que tienen como objetivo la producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas.
El trabajo es por tanto la actividad a través de la cual el hombre obtiene sus medios de subsistencia. Es una cualidad inherente al hombre pues le permite mantener su vitalidad y desarrollar y mantener su proyecto de vida, proporcionándole satisfacciones a través de realizaciones materiales y espirituales.
En correspondencia a ser un valor individual, lo es también colectivo, al ser uno de los tres pilares de la producción económica (junto a la tierra y el capital) necesarios para el mantenimiento y desarrollo social.